La diferencia entre una tormenta con su diluvio local y un huracán Grado 5 es sólo cuestión de magnitud. Asimismo, cuando en las actividades económicas percibimos exageraciones desmedidas éstas son el anuncio de un huracán económico. Algunos ejemplos que anunciaron la llegada del presente desastre económico mundial

Una vez más, insistimos en la monetización de la moneda de plata. Será el único baluarte defensivo que podremos ofrecer a la anexión por los EU. La moneda de plata, ahorrada por la clase media, salvará a la clase media de la miseria y será la clase media, la que resistirá el canto de sirena de la anexión de nuestro querido México, al imperio americano

Hemos querido proteger a los mexicanos – la clase media y los trabajadores – con la monetización de la onza de plata. Pero nuestros gobernantes, que son técnicos muy duchos, carecen de corazón. Siguen aferrados al castillo de naipes del papel dinero. No tienen piedad de los mexicanos. Los bancos cuentan más que el pueblo.

El Banco de México ha expresado la opinión que la monetización de la onza de plata “Libertad” sería inflacionaria y por tal motivo se ha opuesto. Sin embargo, inflación monetaria es lo que ahora persigue; por eso, ha comenzado a bajar la tasa de interés. Es evidente que Banco de México se aferra al paradigma erróneo que el dinero necesariamente debe ser dinero ficticio. Su oposición a la monetización de la onza de plata es dogmática, ideológica, carente de sustento lógico.

La mayoría de los analistas económicos han sido benévolos al opinar que el plan propuesto por el presidente Calderón es insuficiente pues, en realidad, se trata de un programa de gobierno contraproducente y desatinado. Al igual que los “rescates” y planes de emergencia elaborados por otros gobiernos, el nuestro no desea más que aplicar la teoría keynesiana: al alcohólico, para curarlo, hay que darle más alcohol.