Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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¿Un mundo en libertad?
martes, 7 de diciembre de 1999
Octavio Fitch Lazo

En teoría, nuestra civilización occidental se basa en tres postulados auténticamente liberales:

1) Derecho a la propiedad garantizado

2) Libre competencia

3) Poder acotado, democrático

Creo que ésto es una verdad a medias. Vivimos una situación ambigua, que no han comprendido los intelectuales. Nuestro mundo económico es controlado mayoritariamente por el Estado, gracias a un invento muy sutil, que por ser obvio, pasa desapercibido.

Resulta que la propiedad más tangible de todo individuo -el dinero- es creado, suministrado y controlado, exclusivamente por el Estado.

Ni Marx, en sus sueños más audaces, imaginó un medio de control más efectivo sobre el individuo, sobre su economía y sobre su propiedad, como lo es hoy el dinero fiat, creado únicamente a partir de un decreto estatal. Marx no lo imaginó así, porque en su tiempo el dinero era oro y plata, una moneda cuyo valor estaba libre de cualquier intento de manipulación por parte del gobierno. Marx jamás imaginó que en vez de oro o plata, ibamos a utilizar papleitos estatales.

1) Yo, Estado, soy propietario del dinero

El dinero fiat, llámese peso o dólar, vulnera el derecho a la propiedad.

Por ejemplo: yo soy propietario de un terreno de 100 mts2. El Estado no puede, aduciendo razones de "interés nacional", venir y apropiarse de 20 mts. de terreno, ya que ésto representaría una injusticia, una flagrante violación al Derecho de Propiedad, consagrado en Occidente.

Sin embargo, sí puede hacerlo impunemente, en el caso del dinero. Yo tengo 100 pesos ahorrados en el banco, y de repente resulta que por "error" o por "conveniencia nacional", me quitan 20% de un día para otro.

En el caso del terreno, el Estado tiene la obligación de indemnizarme, si lo estatiza para fines de interés público. Sin embargo, el Derecho de Propiedad no aplica en el caso del dinero: ¿Quién me indeminza contra la pérdida por concepto de devaluación?

Äsí funciona el mundo, con respecto al Derecho de Propiedad: "Derecho a la Propiedad garantizado en todo, menos en la propiedad más tangible de todo individuo: el dinero."

2) Sólo yo, Estado, puedo fabricar dinero

Se acepta que en México circule la Coca Cola y la Pepsi, y si mañana sale al mercado un nuevo refresco, el Refresquito, bienvenido es, en aras de la Libre Competencia. Se acepta que Avantel compita contra Telmex, para contrarrestar un monopolio. En política, hay libre competencia. También en el ámbito religioso, legalmente se acepta la existencia de diversos cultos, apelando justamente a la libertad moral y de conciencia. Libre competencia electoral, libre competencia en productos, libre competencia religiosa, libre competencia... ¡Libre Competencia!

Sin embargo, en cuestión de dinero, sólo puede utilizarse la moneda que imprime el Estado. Aquí, en Estados Unidos y en China, la creación de moneda es un monopolio estatal, no hay libre competencia.

Una verdadera competencia en el ámbito monetario, supondría la existencia de varias monedas, todas ellas legalmente permitidas como medio de intercambio y circulando económicamente en igualdad de circunstancias. La gente debería poder utilizar la que más le conviniera, de acuerdo a sus particulares intereses: pesos, plata, dólares, oro, semillas de cacao, rupias, pedazos de periódico... Esto sí implicaría una verdadera competencia, que tendría como resultado final la supremacía de aquellas monedas que mejor cumpliran con la función de conservar el valor del patrimonio.

Otro postulado, igualmente socialista, de nuestro mundo actual: "Libre competencia en todo, menos en la fabricación del producto más importante para una sociedad: su moneda".

3) Yo, Estado, determino cuánto vale el dinero

Esto suena aterrador, y así es en realidad.

El sistema monetario internacional ha concentrado el poder en pocas manos, tal como nunca antes se había dado el caso en toda la historia de la humanidad.

Alan Greenspan dice tres palabras, y seis mil millones de habitantes tiemblan. Prácticamente, no hay ser humano que pueda escapar a un acto de gobierno de la Reserva Federal, o del Banco de México, para el caso de los mexicanos. Si Ortíz o Greenspan se equivocan, viene una drástica devaluación, suben las tasas de interés, quiebran empresas y hay desempleo. Los proyectos a nivel individual y familiar, se derrumban. Las espectativas personales de progreso de todo individuo, están finalmente en sus manos.

Este poder concentrado, absolutista, es posible gracias a la existencia del siguiente postulado, moderno: "Yo determino cuánto vale el dinero". Ni Carlo Magno, ni Julio César, ni Napoleón, hubieran podido determinar cuánto valía el dinero de sus súbditos. ¡Ellos jamás tuvieron tal poder! ¿Dónde está la democracia?

La plata representa un retorno al principio de justicia. Simplemente, desde el punto de vista económico, la plata implica lo siguiente: verdadera libertad del individuo.