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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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El peso es un "derivado" del dólar
martes, 13 de agosto de 2002
Hugo Salinas Price

Todas las monedas del mundo, son simples “derivados” del dólar americano. Quizás debería modificar esta afirmación, con una  excepción. Posiblemente, el euro de la Unión Europea, no sea un derivado del dólar, pues el Banco Central Europeo que emite el euro, mantiene una reserva – muy modesta – de oro.

¿Qué es un “derivado”? Un “derivado” – palabra en uso muy corriente en círculos financieros de hoy – es un instrumento financiero que deriva su valor de otro instrumento financiero, al cual está ligado por un contrato.

El peso mexicano, el peso argentino, el real brasileño, el bolívar venezolano, el dólar canadiense, el dólar australiano, el dólar de Nueva Zelandia, etc., todas estas monedas no son monedas reales propias de los países donde circulan. Son simples derivados del dólar americano. El peso mexicano, por ejemplo, al igual que todas las monedas que he mencionado, y las del resto del mundo, con la posible excepción del euro, no tiene una existencia real, sino que deriva su valor del dólar americano, a través de las reservas de dólares que posee el Banco de México. Los pesos mexicanos son sustitutos de dólares.

La prueba está en que el valor del peso mexicano, fluctúa de acuerdo con las reservas del Banco de México. Mientras la relación contractual, las perspectivas de redimibilidad respecto al dólar, parezcan estables, tenemos estabilidad en la paridad peso/dólar.

Lo que le da credibilidad al peso, es la confianza en su presente y futura redimibilidad en dólares americanos. Vale el peso, no por sí mismo, sino por la posibilidad de redimirlo en dólares a una tasa que no va a variar. Está claro que el peso no es más que un derivado del dólar, situación que impera sin excepción en todas las monedas de América Latina.

O sea, en América Latina, concretamente, sólo hay una moneda: el dólar. Lo que conocemos por monedas de América Latina, no son más que sustitutos, más o menos confiables, del dólar.

Carecemos, todos los países de América Latina, de una moneda propia que valga por sí misma.

Toda idea de “soberanía nacional” debe descartarse. No puede haber, en absoluto, soberanía nacional cuando se usa la moneda de otro país, como moneda propia. Es especialmente grave que de facto usemos el dólar como nuestra moneda, como estoy afirmando, cuando el dólar mismo no es una moneda real, sino una unidad artificial, carente de valor real. El dólar no es más que un número. No es redimible en nada tangible.

 

El dólar: forma sin sustancia

Aristóteles afirmó que toda cosa real incorpora materia y forma. El dólar, desde que dejó de redimirse por oro a razón de $35 dólares la onza en agosto de 1971, es una abstracción que sólo mantiene forma, sin materia. Por lo tanto, es nada.

Sobre estas unidades de nada, los dólares, se levanta el edificio financiero de toda América Latina. Nuestros pesos mexicanos son derivados de ...nada.

¿Hemos de creer que podemos confiar en un futuro económico fundamentado sobre pesos mexicanos que son derivados del dólar, que a su vez es nada? La historia del Siglo Veinte, si alguna vez se llega a escribir correctamente, tendría que señalar como una de sus características más importantes, la progresiva eliminación del factor “sustancia” del dinero en todo el mundo.

Mientras la moneda incorporaba materia, mientras la moneda era oro o plata, y los billetes eran redimibles en dicha moneda en cantidades estrictamente fijas, el mundo estaba anclado a la realidad económica por medio de una moneda que también ella incorporaba una realidad. La realidad de las monedas del Siglo XIX era su materia, oro o plata, aunada a la estricta obligación de quienes emitían billetes, de redimirlos en dicha materia.

Al comenzar la Primera Guerra Mundial en 1914, algunos observadores pensaron que no podría durar mucho, porque pronto se agotarían las reservas de oro y sería imposible que prosiguiera la guerra por falta de dinero. Poco se imaginaban estas personas, que los gobiernos se seguirían de frente sin oro, simplemente imprimiendo – falsificando – los billetes que requerían las necesidades bélicas.

Así, el ’14 fue el primer paso decisivo en la degeneración monetaria que se ha dado desde entonces.

Hasta el 14 de agosto de 1971, aún existía en el mundo, una conexión tenue con la realidad económica: los Estados Unidos tenían la obligación de redimir dólares en poder de otras naciones, a razón de una onza de oro por cada $35 dólares. Pero el 15 de agosto, se cortó toda relación con la realidad, en asuntos monetarios mundiales. E.U. dejó de redimir dólares, y por primera vez en la historia, el mundo entero quedó sin una sola moneda verdadera.

A partir de esa fecha, la historia del mundo ha sido la historia del abuso de la creación de este dinero artificial que usamos. Ya no existe límite alguno para los E.U., en la creación de dólares.

 

Estados Unidos nos exporta inflación

El abuso que cometen los E.U. en la creación de su moneda, no es cosa que produzca resultados adversos solamente en E.U. Como el dólar es nuestra moneda, porque nuestro dinero no es más que un derivado de dicho dólar, los abusos monetarios y crediticios de E.U. impactan gravemente a América Latina. Ya hemos demostrado, en artículos que se hallan en éstas páginas del sitio internet www.plata.com.mx, cómo la expansión de crédito (deuda) en E.U. resulta en la exportación de inflación monetaria a nuestros países, y obliga a la devaluación de nuestras monedas-derivados, a la destrucción del ahorro interno denominado en ellas, a la destrucción de los sistemas financieros con altas tasas de interés y a la quiebra de nuestros sistemas productivos.

En un artículo por David Morgan que aparece en el sitio internet, www.plata.com.mx, se habla de que el dólar es creado por deuda. Cuando alguien incurre en una deuda con un banco, sea particular o sea compañía,  el banco crea dinero. La creación alocada de dinero corresponde a la creación alocada de crédito, y el crédito es alocado cuando el endeudamiento es alocado.

Las deudas en E.U. han crecido en forma espectacular en  E.U., desde ese agosto de 1971, y progresivamente en los últimos años. Han tomado un curso verdaderamente alocado. Llegará el momento en que no se podrá seguir incrementando la deuda. En el momento en que deje de crecer, vendrá un estallido, y toda la deuda, en manos de acreedores, buscará liquidación, su conversión a saldos líquidos de dólares. Poca será la deuda que pueda liquidarse, convertirse en dólares en efectivo. La mayor parte no se podrá pagar, o se pagará sólo parcialmente.

 

La receta del FMI: más deuda en dólares

Los países de América Latina, sentimos que no hemos sabido manejar nuestros asuntos correctamente, y que por eso hemos padecido tantos traumas económicos. Los argentinos, los que más recientemente han sufrido un colapso económico.

La verdad es que ha resultado fatal cimentar las economías de las naciones de América Latina sobre monedas que no son más que derivados del dólar, sustitutos momentáneos de dólar, monedas sin valor propio, monedas que derivan su valor de otra moneda que a su vez no es nada, y que es emitida por un país, E.U., que ahora se halla en severísimos problemas a consecuencia del abuso de la creación de su propia moneda. Cimentar en esta forma a nuestras economías, decimos, garantiza el fracaso de toda aspiración a una mejor forma de vida. No podía ser de otra forma.

El Fondo Monetario Internacional, dejó de servir algún escaso propósito, con la quiebra de los Estados Unidos en agosto de 1971. Porque, no pagar lo pactado, es quiebra.

El Fondo Monetario Internacional, tal y como opera hoy, es totalmente obsoleto y no hace sino daño encima de daño, con su única medicina: recetar al paciente más deuda en dólares. El 8 de agosto anunció un crédito (más deuda) para Brasil, por un monto total de $30 mil millones de dólares.

El FMI no sirve. Necesitamos recapacitar, necesitamos ver la verdad: nuestras monedas no son más que chatarra derivada de otra chatarra, el dólar.

No se puede construir la prosperidad sobre moneda chatarra, como no se puede construir un rascacielos con adobe.

 

El imperativo

Hemos señalado que es necesario introducir la moneda real a la circulación, en forma paulatina, en paralelo con la moneda chatarra, para que con el tiempo, se reconstruyan nuestras economías sobre bases perdurables. No hemos encontrado una respuesta favorable de parte de los responsables del bienestar de la Patria. El problema de mayor peso, es que no se entiende lo que nos sucede, y se teme lo que no se entiende. Desde luego, están los enormes intereses creados que nos quieren mantener sobre el camino actual, aunque lleve al despeñadero. La influencia política de los Estados Unidos, es enorme, y el imperio desea imponernos su moneda, para su ventaja, naturalmente. Como sugirió en 1992 Larry Summers,  quien fue después Secretario del Tesoro de los E.U. y es ahora presidente de la Universidad de Harvard: “A largo plazo, debe ser una prioridad internacional, el hallar formas de sobornar (sic) a la gente para que se dolarice, o cuando menos devolver el dinero extra que se gana cuando sucede la dolarización. Para el mundo en general, la ventaja de la dolarización me parece evidente...” (Nota 1)

Dice un refrán chino: es mejor encender una vela, que maldecir la oscuridad.

Insistimos sobre la absoluta necesidad de contar con moneda real. Nos proponemos conquistar conciencias, una por una. Recordamos a José Ortega y Gasset, que en su “Revolución de las Masas” decía del hombre, que “pensar, lo que es pensar, no lo hace sino hasta que se siente perdido.”  Poco a poco las ideas que expresamos se irán colando, insensiblemente, entre los que pueden tomar decisiones, y un buen día uno de ellos dirá, “¡Basta de perder el tiempo! Nos vamos a la plata.” Esto tendrá que suceder, porque no es sostenible el curso que llevamos: el sistema actual se viene abajo.

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Nota 1: (1992 “Rules, Real Exchange Rates, and Monetary Discipline. In Nissan Liviatan, editor, Proceedings of a Conference on Currency Boards and Currency Substitution, pp.32-3.) Esta sugerencia de Larry Summers fue citada a la cabeza del informe titulado “Encouraging Official Dollarization in Emerging Markets” y preparado por Kurt Schuler, economista senior al Senador Connie Mack en abril de 1999 y a cargo de preparar el  “Joint Economic Committee Staff Report, Office of the Chairman, Senator Connie Mack.