Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
Venta $550.00 Recompra $450.00

Implicaciones de la cotización con equivalencia en pesos de la onza de plata
viernes, 25 de julio de 2003
Hugo Salinas Price

En el supuesto caso de que fuera aprobado un Proyecto de Reforma a la Ley Monetaria según recomendamos en esta Asociación, se habría realizado un cambio trascendente en el sistema monetario mexicano.

La realidad respecto al Proyecto de Reforma de Ley Monetaria, que crea una moneda de plata sin valor nominal, cuyo valor legal será flotante y determinado por el Banco de México, según los factores del precios internacional de la plata, del tipo de cambio peso/dólar y del señoraje del Banco de México, sería que:

México sería el primer país del mundo, mas no por mucho tiempo el único, en el cual circularían simultáneamente dos monedas nacionales enteramente distintas, en calidad,  una de otra.

El peso fiduciario, seguirá predominando por un tiempo. Esta moneda carece de calidad, pues no existe más que como un signo convencional  - un número – y a su vez, es un derivado de otra moneda-número, carente de calidad, el dólar. Decimos que carece de calidad, porque carece de atributos. (“Calidad” es un concepto que engloba los atributos de una cosa. Sin atributos, no puede existir calidad alguna – sólo número.)

La moneda que según nuestro Proyecto se injertaría en el sistema monetario, la onza de plata pura “Libertad”, es una moneda de calidad. Su atributo es que consiste en una onza de plata pura. El valor numérico no lo lleva grabado, sino que se da a conocer a partir de una “cotización” del Banco de México, misma que le otorga un valor legal con una equivalencia en pesos.

La moneda de plata, tendría un valor intrínseco expresado en pesos fiduciarios no menor a 62% de su cotización, según las condiciones probables que existirán cuando se efectúe la Reforma propuesta. Veamos unos ejemplos.   

Ejemplos de cotizaciónes

Ejemplo 1:  $4.50 dólares precio internacional de la plata, más $1.70 dólares de acuñación = $6.20 X 11.00 tasa peso/dólar = $68.20 pesos fiduciarios X 1.1 señoraje = $75.02 redondeado a $80.00 equivalencia en pesos.

$49.50 valor intrínseco/ $80.00 equivalencia en pesos = 62%  de valor intrínseco.

Ejemplo  2: $9.00 dólares precio internacional de la plata, más $1.70 dólares de acuñación = $10.70 X 15.00 tasa peso/dólar = $160.50 pesos X 1.1 señoraje = $176.55 pesos redondeado a $180.00 equivalencia en pesos.

Valor intrínseco = $9.00 dólares X 15 tasa peso/dólar = $135.00 pesos

$135.00 valor intrínseco/ $180 equivalencia en pesos = 75%

De estos ejemplos, podemos ver que conforme suba el precio de la plata expresado en dólares, y baje el valor del peso relativo al dólar, irá en aumento el valor intrínseco de la moneda de plata “Libertad”, respecto a su equivalencia en pesos, que equivale a decir que aumentará su calidad en cuanto dinero. La onza es la misma, lo que incrementa en calidad, es la atribución en pesos fiduciarios – en este último ejemplo, serían $180 pesos de mayor calidad que los $80 pesos del primer ejemplo, porque los primeros $80 pesos sólo tienen un valor intrínseco de 62%, mientras que los segundos $180 pesos, tienen un valor intrínseco de 75%.

El límite de la calidad del dinero que pueda representar la onza, lo determinarán el costo de acuñación (aunque un costo muy bajo de acuñación puede considerarse como un atributo agregado a la plata en bruto) y el señoraje de 10% sobre el costo de la moneda más acuñación, que cobrará el Banco de México. En el caso de una acuñación masiva, este señoraje podría convertirse en un recurso fiscal para proveer de fondos al gobierno federal.

México tendría algo que se presentaría por primera vez en el mundo, un sistema bi-monetario, para distinguirlo de los anteriores sistemas bi-metálicos, que utilizaban el oro y la plata con valuaciones en proporciones que se intentó, en vano, fijar a través de los siglos. Ya Jean Baptiste Say, en el Siglo XIX, señaló que los valores del oro y de la plata, en relación el uno con el otro, debían de ser flotantes y no sometidos a una paridad arbitraria, por ser esta política contraproducente e inoperante.

Ningún problema puede representar la flotación de la onza “Libertad” para la economía mexicana; ya estamos bien acostumbrados a la flotación de nuestro peso frente al dólar y a todas las demás monedas del mundo. ¿Qué problema puede acarrear introducir una moneda propia, de calidad sobresaliente, que flote al lado de nuestro peso fiduciario?

Una pregunta interesante                                           

Una pregunta interesante es: ¿Conviene a un país, este caso a México, exportar un recurso no renovable sin intentar agregarle un valor?  Para que una exportación rinda el mayor provecho y redunde en la máxima capacidad de importación del país, debe ser sometida a algún proceso de transformación, cuyo costo de insumos debe ser menor al valor agregado a dicha materia prima.

Es evidente que la contestación a esta pregunta debe ser afirmativa, porque lo contrario, equivale a sostener que es preferible exportar algo a lo cual no se ha agregado un valor adicional, en otras palabras, que debe rematarse a un precio competitivo, en un mercado que según expertos está fuertemente manipulado, un valioso recurso no renovable, lo cual no tiene sentido.

Se ha intentado promover la utilización de la plata en toda clase de artesanías, para exportar platería, que incorpora un valor agregado que origina en la aplicación de mano de obra calificada; sin embargo según se me informa, la mano de obra calificada china puede siempre agregar valor con un costo de insumos menor al que se puede obtener en México. La exportación de platería, tiene esa limitante importante. Por lo que toca a mercadear la platería internamente, el mercado interno para la platería es relativamente insignificante por comparación con el volumen de la producción nacional de la plata en México.

Sin embargo, existe sin lugar a dudas un mercado interno enorme para la plata, que no se ha aprovechado. Dicho en otra forma, se exporta la plata en bruto, sin valor agregado alguno, mientras que la población de México sufre una pérdida real al no satisfacerse una demanda interna.

El término “enriquecimiento” se refiere a cualquier acción que toma el individuo, para satisfacer el deseo de obtener un bien económico. Los seres humanos individuales, se sienten mejor – más ricos – cuando cambian algo que valúan en menos, por algo que valúan más.

Los mexicanos no compran la platería mexicana en grandes cantidades, porque sólo una pequeña minoría siente que adquirir platería es una acción suficientemente urgente, para darle preferencia en la escala de cosas que desea adquirir.  

El gran mercado interno de la plata

Todos los mexicanos, prácticamente sin excepción, desearían obtener a cambio de su trabajo monedas como la onza “Libertad”, cotizada, según nuestra propuesta de ley, con una equivalencia en pesos fiduciarios diariamente por el Banco de México a efecto de atribuirles un valor legal que las hace utilizables en toda transacción comercial.

El mercado para la onza “Libertad” cotizada es enorme ya que abarca a cien millones de mexicanos. Nos atrevemos a afirmar que no habrá un solo mexicano, que en igualdad de valor en pesos, prefiera retener un billete, a retener una onza “Libertad” ya monetizada y utilizable como dinero.

La acuñación de la onza de plata “Libertad” y su cotización por el Banco de México, es una acción que transforma la plata en bruto en un producto con valor agregado con enorme mercado interno.

Lo que todo empresario y toda nación desea descubrir, es una forma de agregar valor a una cosa, de tal forma que ésta sea atractiva en un gran mercado.

Italia sobresale en agregar valor por medio del diseño a los textiles y al cuero, para ofrecer productos de la moda italiana al mundo, que son altamente cotizados.

Alemania sobresale en agregar valor a las materias primas, por medio de su industria, su tecnología y su diseño, para crear productos deseados en todo el mundo, en la forma de automóviles de gran calidad. Por otra parte, los conocedores de  caballos, pagan precios altísimos por los caballos alemanes, pero sólo se exportan capados. Con toda razón, Alemania protege un activo nacional para que le reditúe el máximo provecho.

México podría enriquecerse, no exportando plata en bruto, sino aprovechando su gran producción de plata para satisfacer la gran demanda interna de moneda de plata “Libertad”, hasta ahora casi totalmente insatisfecha.

¿Qué es el “enriquecimiento”?

El enriquecimiento del particular así como de la nación, no proviene únicamente de la exportación. El enriquecimiento es la satisfacción de una demanda urgente, que se efectúa al entregar algo que quien entrega valúa en menos, a cambio de algo que valúa en más. Quien toma esta acción, es realmente más rico de lo que era, antes de tomar la acción.

Si los mexicanos exportamos la plata en bruto, antes de haber satisfecho  enteramente la demanda interna de moneda de plata, nos estamos empobreciendo realmente con la exportación. Entregamos algo que vale menos a nuestros ojos, porque es plata en bruto, cuando podríamos enriquecernos muy fácilmente, con el simple proceso de acuñar la plata y convertirla en onzas de plata “Libertad”, un producto incomparablemente más deseable, y quedarnos con nuestras onzas hasta que el monto de estas monedas dentro de nuestra economía, hubiera satisfecho plenamente la demanda interna.

La exportación de cualquier producto, mientras no se satisfaga la demanda interna de ese producto con valor agregado de fácil producción, es malbaratar dicho producto; en el caso de la plata, es hacer un mal negocio que nos priva de una satisfacción muy importante: tener y usar moneda de plata. Es prescindir de lo que vale más, la moneda de plata de curso legal y equivalencia en pesos cotizada, por lo que vale menos: la exportación de plata en bruto.

Pongamos un ejemplo para mayor ilustración: ¿No sería preferible exportar únicamente productos petroquímicos, que exportar el crudo? Definitivamente, sí lo sería. Sin embargo, no se hace por muchas razones económicas y políticas que lo impiden. Económicamente, no se hace todo lo que se podría hacer con petroquímica, porque establecer múltiples ramas de la industria petroquímica requiere de grandes capitales que no tenemos. A partir de la Expropiación Petrolera de 1938, con grandes esfuerzos Pemex refinó el crudo para que pudiéramos los mexicanos consumir nuestra propia gasolina, una medida acertada. ¿Tendría sentido exportar petróleo y no refinarlo para consumir nuestra propia gasolina, pudiendo hacerlo? ¡Obviamente que no!

Otro ejemplo, más sencillo: ¿Tendría sentido exportar maíz, antes de que se hubiera satisfecho la demanda interna de tortilla, que es maíz con valor agregado?

Sin embargo, esto es lo que hacemos con la plata: exportamos plata y no la convertimos en moneda y a cambio dependemos del dólar cuya manufactura la controlan los Estados Unidos. Esto sucede a pesar de que acuñar la plata ¡es un proceso muy sencillo! Además, el mercado está ahí y nos pertenece enteramente, ya que únicamente el Banco de México puede acuñar, a través de la Casa de Moneda, la onza de plata “Libertad”, única moneda que gozaría de curso legal y de cotización con equivalencia en pesos, en el territorio mexicano.

¿Qué se desprende de la argumentación anterior?

Que sería muy conveniente para la nación, dirigir hasta el máximo posible, la producción de plata del país, a la acuñación de la moneda de plata “Libertad”, hasta haber satisfecho la demanda interna de moneda.

El indicador de demanda interna satisfecha

Se presenta de inmediato la siguiente interrogante: ¿En qué momento se sabrá que la demanda interna de moneda de plata, ha quedado satisfecha?

La señal de que ha sido satisfecha la demanda interna de onzas de plata “Libertad” se observará, cuando el sistema bancario comience a recoger una cantidad de onzas equivalente a la ofrecida por el mismo sistema.

¿Qué razón o razones motivarán al público a entregar onzas “Libertad” al sistema? La compra de divisas extranjeras y el pago por medio del sistema bancario, de compromisos contraídos.

El público no comenzará a desprenderse de sus onzas en cantidad similar a la que le ofrece el sistema bancario, hasta en tanto el sentimiento general del público sea de que ya posee tantas onzas, que puede prescindir de ellas, para comprar divisas con objeto de realizar importaciones o para saldar o reducir deudas.

En cuanto llegue ese momento, el Banco de México sabrá que la demanda interna está satisfecha, y podrá dejar de acuñar cantidades adicionales de plata. Es más, no tendría sentido acuñar cantidades adicionales, porque el público las regresaría al sistema bancario para comprar divisas extranjeras y para efectuar pagos en los bancos.

Este caso hipotético, sin embargo, está muy lejos de volverse una realidad, porque el público siempre utilizará la moneda de menor calidad, el billete, para adquirir sus divisas y efectuar pagos en los bancos, y retendrá para usos de emergencia apremiante, la moneda de mayor calidad, la onza “Libertad”.

Además, el Banco de México ha seguido, y probablemente seguirá indefinidamente, la política de aumentar la cantidad de billetes en circulación constantemente. En el año 2002 (Dic. 2001 a Dic. 2002) por ejemplo, de acuerdo con sus propios informes, el Banco de México incrementó el monto de billetes y moneda normal en circulación en $39 mil millones de pesos.

Mientras el Banco de México incremente el circulante monetario de billetes y monedas normales, la plata no se irá a la compra de dólares, ni a pagos efectuados en bancos; para tales menesteres, el público utilizará los billetes y las monedas normales, así como sus saldos en cuentas de cheques.

Formas preferibles para exportar la plata

Debemos recordar que en el caso de la plata, como en el de cualquier recurso,

debe agregársele en lo posible, un valor adicional y exportarse en esta forma preferentemente. La forma más eficaz para agregar valor adicional a grandes cantidades de plata, es a través de su acuñación y monetización.

Una vez satisfecha la demanda interna, se podría dirigir la atención la exportación de la plata acuñada. La misma onza de plata monetizada, la onza “Libertad” puede exportarse como tal, buscando mercados exteriores que deseen obtenerla.

Para ello, sería necesario reducir por via de eficiencia, el costo de la acuñación de la onza, y reducir el señoraje del Banco de México. La diferencia entre el valor acuñado de la plata, y el valor de las monedas fundidas en lingote, sería mínima. Por ser más útil al público la moneda acuñada, el precio que tendría que pagar el mercado para fundir la moneda y convertirla en lingote, tendría que absorber la pequeña pérdida de valor que se incurre al fundir la plata acuñada para formar lingotes.

Para poder exportar las onzas “Libertad” a máxima capacidad, tendría que reducirse a cero el señoraje del Banco de México. A medida que fuera satisfaciéndose la demanda interna, el Banco de México ajustaría paulatinamente su señoraje al momento de efectuar la cotización de equivalencia en pesos. Finalmente, la calidad como dinero de la onza “Libertad” habría llegado a su máximo, con un valor intrinseco casi igual – salvo un costo mínimo de acuñación – a su equivalencia flotante en pesos.

En ese momento, puede exportarse la onza de plata “Libertad” en grandes cantidades.

¿Dónde estaría la ventaja de tal exportación?

La ventaja de exportación, aún prescindiendo del señoraje, radicaría en que siendo la onza “Libertad” dinero utilizable en cualquier momento por el público mexicano, y estando la demanda interna de este dinero de plata enteramente satisfecha, estaríamos exportando dinero mexicano al mundo.

Esto tiene implicaciones sumamente importantes, tanto en lo político como en lo económico, que no pueden compararse con los costos que tendrían que aceptarse, como el de prescindir del señoraje y reducir el cargo por acuñación a un mínimo o hasta eliminarlo, con gastos de acuñación que correrían por cuenta del Erario.

Esta exportación sería una bonanza para la minería mexicana y a través de la minería mexicana, para la economía del país.

La exportación de dinero mexicano, reanudada después de un siglo de haberse suspendido, significa, eventualmente, la posibilidad de efectuar pagos en moneda mexicana, en otras partes del mundo, sin tener que pasar por la triangulación de Nueva York, para adquirir medios de pago – dólares – hasta ahora indispensables para saldar cuentas en el extranjero.

Es probable que la onza “Libertad”, con equivalencia flotante en pesos, ajustada al precio internacional de la plata y a la tasa de cambio peso/dólar, y cuya equivalencia legal no pueda disminuirse, tuviera gran atractivo en los Estados Unidos, por su bajo costo, y su atributo de moneda de curso legal en el vecino país de México, donde siempre sería aceptada para compras,  con las grandes ventajas de un “piso” a su equivalencia en pesos, y su flotación respecto a la tasa peso/dólar y al precio de la plata.

Tal moneda, tendría cualidades que superan al billete verde americano, en su propio país y con más razón, en México. Vale la pena recordar, que hasta 1856, el “dólar mexicano”, la pieza de plata de ocho reales acuñada en México, o la pieza que la sucedió después de la Independencia, que daba el mismo peso y que por lo tanto, recibió el nombre de “peso mexicano”, era moneda de curso legal en los Estados Unidos y que el propio dólar americano se define en la Constitución americana, con exactamente todas las características de la pieza de ocho reales del Siglo XVIII, acuñada en México, salvo las imágenes grabadas en ella.  

Exportación de plata: toda acuñada

No creemos equivocarnos en llegar a afirmar, aunque es un tema que puede estudiarse con mayor detenimiento, que es objetivo deseable llegar a no exportar una sola onza de plata en forma de lingote, sino toda en forma de moneda acuñada.  Y solamente después de que, y mientras que, la demanda interna de plata acuñada sea satisfecha, tomando como indicador de tal satisfacción, que la plata haya alcanzado la circulación activa, al regresar a los bancos para compra de divisas y pago de obligaciones.

Más adelante, investigaremos las posibilidades de que la plata alcanzara esta circulación activa, en vista de que el Banco de México emite cantidades adicionales de pesos fiduciarios, en forma regular y constante, y qué implicaciones tiene esa circunstancia para la plata monetizada.

Conclusión

Está a nuestro alcance, crear e injertar en nuestro sistema monetario, una moneda de plata, que pueda usarse indefinidamente como dinero y como medio de ahorro popular, por una medida sencilla:

  1. Moneda sin valor nominal
  2. Moneda que flota en su equivalencia en pesos fiduciarios, de acuerdo con el precio de la plata, y la tasa peso/dólar.
  3. Moneda cuya equivalencia, una vez establecida, no puede reducirse.

Las implicaciones de efectuar tal medida, son de grandes perspectivas de provecho para los mexicanos: ayudan a superar nuestras perpetuas crisis, infunden esperanza, promueven el ahorro, producen gran enriquecimiento del país, presenta alternativas a la servidumbre al dólar y refuerzan el nacionalismo y la unidad en la Patria.

Esta medida significa la apertura por el Banco de México, de un frente social de primerísima importancia en la vida nacional, al proporcionar al pueblo un medio de ahorro seguro y que retoma la misma corriente de siglos que hizo de México el país de la plata.

Más adelante:

Implicaciones para el precio internacional de la plata.

La plata: ¿Inflacionaria o no?

Implicaciones para la plata remonetizada, a largo plazo.

Implicaciones internacionales de la remonetización mexicana de la plata.

Implicaciones de la satisfacción de la demanda interna de plata, respecto al sistema de moneda fiduciaria.

La remonetización de la plata y el sistema financiero.