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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

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No hay por qué preocuparse
miércoles, 27 de junio de 2007
Hugo Salinas Price

La casi totalidad de los artículos sobre temas financieros que leemos hoy en día, omiten toda mención del sistema monetario mundial subyacente y de cómo este sistema afecta y produce el gigantesco caos que prevalece en las relaciones comerciales internacionales. El proteccionismo se comenzará a presentar en breve, pero como simple reacción a ese caos. Como no se dirigirá al problema fundamental – el viciado sistema monetario internacional – dará por resultado sólo una variante en el caos presente. Será como la aspirina que se toma para combatir una tuberculosis.

Es necesario escarbar un poco, para hallar la  raíz de los “desequilibrios comerciales” que existen en el mundo – o del “relajo mundial”, una expresión más sencilla pero que no tiene un tono suficientemente sofisticado para agradar a la profesión económica. Aunque el mundo ya se halla en tal maremagno de problemas, que probablemente resulta del todo inútil averiguar, a estas alturas, lo que ha sucedido. Sin embargo, el entendimiento quiere saber: “¿Por qué?”

Pienso que hablar de “libre comercio” en nuestro mundo actual es en realidad un disparate. Como dijo Confucio: “para empezar, necesitamos rectificar el idioma.”

“Comercio” en el mundo actual, no es para nada comercio. “Pago” en el mundo actual, no para nada un pago. Comencemos a rectificar el idioma.

“Comercio” en el sentido correcto del vocablo, es la entrega de bienes a cambio de - en pago de - bienes recibidos. Así era el comercio internacional anteriormente al 15 agosto 1971. Los déficit de uno de los países en un intercambio comercial con otro país, se tenían que cubrir con la entrega de oro, o de dólares redimibles en oro por el Banco Central del país que obtenía un superávit. Ese era comercio verdadero y pago verdadero, basado en la confianza que los dólares eran, sin duda alguna, títulos que otorgaban el derecho a exigir la entrega de oro, un bien físico,  por los Estados Unidos

A partir de esa fecha, la humanidad muy rápidamente ha olvidado lo que es el verdadero “comercio internacional”, y lo que es el verdadero “pago” del mismo.

Siguiendo el ejemplo de los EU, el mayor culpable de este relajo mundial, hoy en día “comercio internacional” no significa más que la importación de bienes del productor que ofrezca el precio mundial más bajo, sin tomar en cuenta que en el verdadero comercio internacional, el vendedor de bienes exportados también tiene que ser comprador de bienes importados, por un valor muy similar.

Antes de 1971, si un país exportador de bienes no podía, de momento, importar una suma equivalente de bienes, se le debía pagar con oro físico por la diferencia. Tal exportador se volvía acreedor, pero sólo momentáneamente. Ya que, anteriormente a 1971, ninguna nación podía soportar una pérdida sostenida de su oro al exterior – la cantidad de oro disponible era muy pequeña – ningún país vendedor de bienes baratos podía inundar a otro país con sus mercancías baratas, año tras año.  El país exportador de bienes tenía que ser también, un importador de bienes, mismos que recibía en pago de sus bienes exportados.

A partir del 15 agosto 1971, los EU ya no estaban obligados a exportar bienes en pago de las mercancías importadas: podían “pagar” y siguen “pagando” su déficit en exportaciones, que ascienden ya a sumas colosales, por medio de la entrega de dólares, que no son un “bien”, una cosa con sustancia, sino simplemente números. Es importante notar que los países exportadores de bienes a EU desde 1971, no han tenido que comprar exportaciones americanas en pago. Tenemos que notar lo siguiente: antes de 1971 si los países en vías de desarrollo exportaban sólo cantidades limitadas de bienes a EU o a Europa, era porque no podían recibir mayores cantidades de exportaciones americanas o europeas en pago; sus poblaciones eran demasiado pobres para adquirir esos bienes. Las mercancías americanas y europeas hallaban poco mercado en esos países pobres, en desarrollo.

Si en 1971 los EU hubiesen simplemente devaluado el dólar contra el oro, el comercio internacional entre EU y China, por ejemplo, hubiera sido un comercio muy limitado durante los últimos 36 años. La China era demasiado pobre para poder ser un gran vendedor de bienes a EU. Ya que su pobreza les impedía absorber exportaciones americanas en pago de sus exportaciones, el envío de mercancías baratas a EU hubiera producido una derrama continua de oro americano en dirección de China, algo intolerable. Las tarifas a las importaciones y la protección de la industria contra esas importaciones hubieran sido medidas razonables para atender ese problema. ¡El formidable dragón chino no habría despertado!

Sin embargo, el término “comercio internacional” sobrevive, con un significado enteramente distinto. El vocablo “pago” también sobrevive, pero carente de significado. El idioma fue corrompido para no hacer frente al significado trascendente del  evento del 15 agosto 1971.

Hoy, se dice que se ha pagado, cuando dólares americanos – y también euros – han sido aceptados en “pago” de déficit en exportaciones. Hoy, el “comercio internacional” se ha vuelto irracional, ilimitado, porque la creación de medios de “pago” es también ilimitada: el “dinero” digital que es simplemente una anotación numérica que carece de sustancia o realidad.

El “comercio mundial” de hoy no es comercio, para nada. Es una actividad irracional, alocada. Los países vendedores de bienes están en un frenesí de producción y exportación, y reciben nada a cambio de sus superávit de exportación. Los países compradores de esos bienes, que son también productores de esos medio ficticios de “pago”, ruedan en la riqueza de bienes que llegan de los países exportadores, y pagan absolutamente nada por los déficit gigantescos de exportaciones que registran. Tal es el caso de EU, y recientemente, también de la Unión Europea, que desea participar en el juego de adquirir bienes baratos  y pagar euros – es decir, nada – por sus déficit en exportaciones.

¿Cómo es posible hablar de los “beneficios del libre comercio” bajo estas condiciones? No puede haber verdadero libre comercio sin pago por bienes recibidos ya sea con bienes o servicios entregados o, por un remanente temporal, con oro, que sirve como sustituto para todo tipo de bienes que no se entregaron en pago de bienes recibidos.

El mundo se halla enfrascado en una gran ilusión. El resultado de cualquier ilusión tiene que ser o mayor ilusión, o la desilusión cuando apremia dolorosamente la realidad.

La China – los asiáticos en general, en esta era nuestra – se han engañado a si mismos para poder creer que se les están pagando sus superávit en exportaciones. Por consiguiente las reservas en Bancos Centrales del mundo ascendían, hace poco,  a $5.7 Trillones ($5.7 millones de millones) de dólares. Éstas se están inflando a razón de $1 Trillón o más al año. ¿Cuándo será que los Bancos Centrales caigan en la cuenta que estas “reservas” son sólo números, que su significado no puede aumentar con su magnitud?

El mundo Occidental, por su parte, se ha engañado a si mismo para imaginarse que puede pagar sus déficit en exportaciones al entregar dólares o euros en pago: unidades monetarias que pueden crearse sin costo, a voluntad, en computadoras.

Esta ilusión está acumulando lo que en la India se llama “Karma malo”, y aumenta día con día. La China descubrirá, con el tiempo, que sus reservas son inútiles. EU está a punto de descubrir que la “Lámpara de Aladino” de su creación ilimitada de dólares ha propiciado su propia destrucción, que en el mejor de los casos llevará generaciones en reconstruir. Es posible que, en términos prácticos, los EU están permanentemente aniquilados, al haber destruido su base industrial con el “libre comercio”, que no fue tal cosa. Sus rivales harán lo posible para impedirle que recupere su formidable poder de antaño.

Ninguno, absolutamente ninguno de los términos y las teorías asociadas con la economía clásica - libre comercio, pago de deudas, tarifas de importación eliminadas o bajas, la abolición del proteccionismo, la ventaja comparativa, la hipótesis del mercado eficiente, libertad de movimiento internacional de capitales para entrar a cualquier mercado deseado, tasas altas de interés, bajas tasas de interés, impuestos altos, impuestos bajos y ese altisonante concepto de “globalización” – ninguno de estos términos tiene aplicación alguna en un mundo que opera a base de dinero ficticio. Es inútil aplicar tales teorías y términos a nuestro mundo actual.

Si el corpus de la teoría de la económica clásica es inaplicable a nuestro mundo actual ¿Qué teoría puede tomar su lugar? Ninguna, porque no puede haber una teoría de la insensatez humana. Vivimos en un nuevo, insensato paradigma. Por eso digo, que no hay por qué preocuparse, porque ya estamos más allá de la preocupación.  Virtualmente, nos hallamos en medio del Océano Pacífico, en una balsa. No nos preocupemos: ¡Oremos!