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Sobre el "sentimentalismo" nacionalista
lunes, 28 de septiembre de 1998
Hugo Salinas Price

Sobre el "sentimentalismo" nacionalista

En un artículo publicado en "El Economista" el pasado 21 de septiembre, bajo el título "Privatizar el Peso" su autor tilda de "abogados del sentimentalismo nacionalista" a quienes se oponen a la dolarización abierta y oficial de México y el abandono del peso como moneda. Propone que nos vayamos de plano al dólar - "el río se llevó el jabón, que se lleve la esponja".

Ya que yo me hallo entre aquellos que se oponen a la dolarización integral de México, me doy por aludido.

Ahora bien, los americanos - su gobierno y sus banqueros, es decir - están en su papel al considerar que sostener un nacionalismo mexicano no es más que un "sentimentalismo".

Si ya tienen a México sobre la lona, totalmente endeudado, con sus bancos a un paso de ser de su propiedad, en proceso de quedarse con su industria petroquímica so pretexto de la benéfica y curativa privatización. Si pobre México ya está, a sus ojos, derrotado, ¿Qué más que sentimentalismo, al estilo Niños Héroes, el seguir resistiendo?

Sin embargo, el nacionalismo, aquí y en muchas otras partes del mundo, es una forma de pensar muy presente. Aunque los internacionalistas se burlen, el "sentimentalismo nacionalista" es un factor activo y casi inextinguible en el mundo de hoy.

Tomemos por ejemplo el País Vasco. Los españoles consideran que el País Vasco es simplemente una provincia más de España. No así los vascos. Ellos se sienten, y por lo tanto son, una nación; una nación de las más antiguas de Europa, con un idioma propio cuyo origen se desconoce, pues se pierde en las tinieblas del tiempo. Hemos visto cuánta sangre ha costado el querer ignorar esta realidad. Será sentimentalismo lo que sienten los vascos, pero tanto lo sienten, que muchos jóvenes han estado dispuestos a morir, movidos por ese sentimiento.

Otro caso: Irlanda. Los ingleses trataron de protestantizar a Irlanda, pero sólo lograron establecer su religión en el noreste de Irlanda - Irlanda del Norte. Sin embargo, los sentimentalistas de Irlanda y dentro de Irlanda del Norte, han derramado mucha sangre, de ellos y de sus adversarios protestantizados, a consecuencia de un sentimentalismo que los impulsa a querer una Irlanda única, unida.

El caso de Escocia: absorbida por Inglaterra cuando su rey se volvió rey de Inglaterra en el Siglo XVII, hasta la fecha reniega y quiere independizarse de Inglaterra, todo por sentimentalismo nacionalista.

Un caso clásico: Yugoslavia, nación artificialmente creada a partir del fin de la I Guerra Mundial, por decreto de los vencedores. Se hizo pedazos, y sigue haciéndose pedazos, por razones nacionalistas, combinadas con razones religiosas.

No es posible ignorar el nacionalismo, tildándolo despectivamente de simple "sentimentalismo". La consecuencia viene a ser el derramamiento de sangre por generaciones. Porque el nacionalismo es una grandísima realidad política que no puede ignorarse sin atraer graves consecuencias, no sólo en México, sino en cualquier parte.

Tanto por lo que respecta al nacionalismo que se resiste a caer en la dolarización oficial de la República Mexicana.

Por otra parte, ¿cuáles serían las consecuencias de la dolarización? La dolarización seguramente traería un auge grande. Sí, pero el costo sería nada menos que vender a México. ¿Qué nos importa vender a México, si vamos a vivir bien?

Pregúntele a los vascos. Viven muy bien. Sin embargo, reclaman su nacionalidad.

Pregúntele a los irlandeses. Viven muy bien. Nada más que los irlandeses católicos en Irlanda del Norte son discriminados en los mejores negocios y empleos, por los irlandeses protestantes. Este es un problema religioso combinado con un problema nacionalista. Los nacionalistas irlandeses, católicos, en Irlanda e Irlanda del Norte, reclaman una sola patria unida.

El dólar en México. Viviremos muy bien. Pero junto con el dólar, llegará la legislación americana; con ella, el fisco americano. Y como billetito manda, los puestos ejecutivos serán, en los principales niveles, de americanos y de sus servidores fieles. ¿Acaso pensamos que esta situación no va a provocar reacción violenta durante muchísimo tiempo? Todavía no hemos saboreado la guerra de guerrillas en México. Sabe a sangre.

Por otra parte, ¿Qué es un dólar? Un simple papel, como el nuestro. Su futuro valor es totalmente incierto. Podrá venir un desplome al estilo ruso; las cosas cambian muy rápidamente en un mundo de papel. El problema colosal de la "Bomba del Milenio" posiblemente cause un colapso del sistema bancario norteamericano. Consulte la Internet en garynorth.com, bajo el tema "banking", donde hallará 274 artículos publicados en todo el mundo, que advierten la probabilidad de que esto ocurra.

Todavía más: los enormes déficits de exportación de los E.U., que van rumbo a $200 miles de millones de dólares anuales, con tendencia a superar esa cifra, indican que el dólar se va a devaluar, sin lugar a dudas. Pero, en las condiciones actuales, los E.U. no hallan la forma de devaluar, porque todos, como México, se ligan al dólar. Para devaluar, no queda otra, absolutamente, más que - el Tesoro de E.U. compre oro. Sólamente contra el oro, puede devaluarse el dólar.

Ahora bien, devaluar contra el oro, significa que el oro, tan despreciado y olvidado (con gran satisfacción, por los inflacionistas de los últimos sesenta años) vuelve al centro del escenario en un mundo en deflación.

Así que ¿nos vamos a casar con una moneda de papel, manufacturada en Estados Unidos en la cantidad que crean conveniente los Americanos? ¿Es que no vemos que significa que con moneda de dólar, y bancos americanos en el país, la compra de México entero es cosa de corto plazo? ¿Podemos creer que no habrá reacción violenta a consecuencia del sentimentalismo nacionalista? Padezco de sentimentalismo nacionalista, pero ¡no soy ciego!

El autor del artículo que critico, plantea una alternativa entre el "Almighty" dólar y el maltrecho peso. Sin embargo, esa no es la alternativa. Hay otra alternativa, que no menciona el autor del "Privatizar el Peso". Hay otro camino, el magnífico camino de la moneda verdadera, no de papel: el Camino de la Plata.

Es la plata, la plata mexicana, la que ofrece el único camino viable:

1. No vulnera el "sentimentalismo" nacionalista. Lo satisface, lo hincha de gusto.

2. No nos entrega al poder yanqui. (¿Que es un "espantajo" dicho poder? Consulte un mapa de nuestro territorio alrededor de 1830, por favor. O, ¿qué pequeño incidente ocurrió en Veracruz en 1914?) Al contrario, la plata nos permite construir un sistema bancario sólido, en el cual se acumularán capitales mexicanos no a disposición de Washington y de Wall Street, para retirarlos cuando se requiera chantajearnos.

3. Nos permite quedar a salvo de devaluaciones. Quedamos liberados de la esclavitud de devaluar para exportar, y exportar para no devaluar, y devaluar para exportar, per saecula saeculorum.

4. Termina con la huida de capital, frecuentemente azuzada por intereses americanos, para someternos a sus deseos.

5. Baja los intereses - a niveles insospechadamente bajos, en préstamos a largo plazo.

6. Nos prepara, con una moneda de valor intrínseco, para el próximo escenario mundial, donde el oro regresa al eje central. De la plata, podremos migrar al oro, sin haber entregado la nacionalidad. Podremos tener plata en circulación, para uso diario, y oro para transacciones grandes, internacionales - siempre y cuando no se cometa el grave error de fijar una paridad oficial entre ambos metales. Privatizar el peso - sí, pero que se nos ofrezca la oportunidad de usar plata como moneda de curso legal. A su debido tiempo, se agregará el oro, con paridad flotante respecto a la plata.

El dólar no es la solución, ni económicamente, ni políticamente. No es cosa de sentimentalismo, es cosa de claro razonamiento económico. Pero sí, acepto que soy un nacionalista sentimental. ¿Y qué?