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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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La lógica científica, ausente de la cuestión monetaria.
jueves, 30 de abril de 2009
Hugo Salinas Price

En mi artículo anterior, hablé del enorme costo recurrente para la nación que implica el hecho que el 67% de nuestro dinero consista en cuentas por cobrar a bancos, conocidas en general por el nombre de “cuenta de cheques”.

En mi opinión, la actividad bancaria es una actividad que es fundamentalmente lícita. Sin embargo, a través los años ha evolucionado de tal forma que ha absorbido funciones que no le corresponden. Esta evolución ha significado que todos los sistemas bancarios del mundo han crecido fuera de su ámbito lícito; su actividad se ha vuelto parasitaria y como todos los parásitos, continuará devorando a su víctima hasta matarla.

Una de las funciones que se han arrogado los bancos en todo el mundo, es la creación de dinero. Esto sucedió en forma paulatina, paso por paso.

En cada paso, los economistas y los expertos en banca buscaron la forma de hacer más fácil la creación de más crédito – en otras palabras, cómo prestar más. Porque a mayor cantidad de préstamos, mayores ingresos y mayores utilidades.

No fue un solo hombre el que determinó que los bancos crearan dinero. Fue el resultado de una serie de pasos, cada uno considerado como conveniente, pero sin que se tomaran en cuenta las consecuencias a largo plazo. Hubo muchos economistas que sí tomaron nota y anunciaron los grandes males que se presentarían a la larga; pero a los banqueros no les interesó escuchar las advertencias. El deseo de mayor lucro prevaleció en las decisiones.

Describir todo el proceso requeriría un libro.

El caso es que hemos llegado al momento en que, en México, el 67% de nuestro dinero es dinero digital en las computadoras del sistema bancario. Este dinero pertenece a los cuentahabientes que han hecho depósitos en los bancos: que han hecho préstamos a los bancos.

El 67% del dinero de los mexicanos, está en el sistema bancario nacional.

¿Qué es el sistema bancario nacional? Es un conjunto de bancos, más del 90% de los cuales son propiedad de bancos extranjeros.

De estos bancos, cuatro o cinco son los que detentan la mayor parte del dinero digital de los mexicanos.

En estos cuatro o cinco bancos, las decisiones importantes las toman pequeños grupos de ejecutivos y estos grupos generalmente siguen la pauta de una sola persona, que es la que encabeza el grupo.

Así que, el 67% del dinero de los mexicanos corre el riesgo de que cuatro o cinco importantes ejecutivos se equivoquen. Que los banqueros se equivocan lo demuestra la magnitud terrorífica de la actual crisis mundial. Ya se han equivocado antes, en nuestro país: ahí está el FOBAPROA y su hijito, el IPAB, para demostrarlo.

A lo que voy es que la función bancaria y la función de crear dinero, son dos funciones distintas que deben estar en distintas manos. La función bancaria es llevada con eficiencia por intereses privados. La función de crear dinero es una función que corresponde nada menos que al Estado.

El dinero, como medio de pago, no puede ser otra cosa más que una cosa tangible, y la cosa tangible que ha servido a la humanidad durante milenios como dinero ha sido siempre, moneda de oro o moneda de plata.

Nuestro dinero digital es dinero ficticio; representa una deuda del banco donde está nuestra cuenta digital. Usamos este dinero para intercambio, pero no podemos efectuar un pago – el finiquito de una deuda – con la sustitución de una deuda, la del banco, en el lugar de una deuda nuestra. Lo que estamos haciendo en México, como en todo el mundo, es simplemente traspasarnos unos a otros, deuda del banco. Estamos jugando a que pagamos.

Tampoco sirve este dinero ficticio como un medio satisfactorio para el ahorro. La prueba es que nadie deposita en un banco, si no va a recibir intereses a cambio de su depósito. No hay seguridad alguna, a la larga, en depósitos en bancos como medio de ahorro. La inflación y las devaluaciones se lo comen enterito, cuando no la zozobra bancaria en general.

Como unidad de cuenta, otra de las funciones del dinero, tampoco sirve el dinero digital. En tiempos de inflación ya vimos como los estados financieros se tenían que modificar en un intento para reflejar la realidad, una realidad que no mostraban las cifras expresadas en unidades de dinero ficticio.

Es función del Estado, acuñar y poner a circular moneda de oro o de plata, o ambas, que serán el dinero de la Nación. Esta función no puede ser delegada a intereses privados. Este dinero, en poder del pueblo, no sería deuda bancaria. No nos costaría cada año, como el dinero digital actual.

Este dinero de oro o de plata, o ambos metales, sí servirá como medio de pago porque es un bien tangible; servirá como medio de intercambio en el comercio; servirá como dinero para el ahorro (sin que requiera de intereses para atraer el ahorro) y será el dinero más apropiado como unidad de cuenta por su estabilidad y valor internacional reconocido.

¿Se podrá lograr tal cosa, que ya existió en el pasado? Estamos presenciando la auto-destrucción de todos los sistemas bancarios del mundo. Todos están sobre la cuerda floja. Finalmente, con su libertad para operar sin el freno de tener que saldar sus deudas con moneda real, de oro o de plata, se han puesto ellos mismos la soga al cuello.

Quizás de la debacle, surja un nuevo sistema monetario auténtico, basado en moneda real, tangible, de oro y de plata. La esperanza nunca muere.

De otra suerte, vamos a ir de crisis en crisis hasta ver desaparecer un mundo que gozó de las maravillas de la alta tecnología, logradas a base de observar la lógica científica más rigurosa. Una lógica que, trágicamente, dejó de aplicarse en lo que toca a la calidad de la moneda, base de la civilización industrial de nuestros tiempos.